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Claudia de Heredia, mujeres al frente de los negocios

Kichink: emprender una idea

Kichink comenzó como una agencia digital, después, poco a poco empezamos a crecer en otro rubro, cuando nuestros clientes nos solicitaban agregar la opción de carrito de compras en sus portales web. A raíz de los comentarios de nuestros clientes, nos dimos cuenta que el comercio electrónico en México no iba a detonar hasta que no existieran las herramientas para que cualquier persona pudiera vender en línea, de aquí nació el concepto de la compañía, empodera para que cualquier persona pueda generar ganancias a través de Internet, sin necesidad de tener intermediarios para vender.

Claudia de Heredia es socia fundadora y Directora Comercial, encargada de conseguir clientes nuevos y entender cómo debe de crecer la plataforma en número de clientes. También da asesoría sobre las estrategias para que vendan más, les ayudamos en este proceso, ya que el modelo de Kichink es de comisión por transacción. Lo que nos interesa es que el negocio de nuestros clientes crezca, porque así también ganamos nosotros. funciona como un portal de tiendas en línea para todo tipo de productos. Es fácil de usar, la puedes personalizar, no tiene límite de productos y cualquier persona puede acceder a ella. Además, te permite vender desde tu website, redes sociales, incluso tu mail.

El éxito de nuestra empresa es que está hecha con mucho corazón y cariño, no la vemos como un negocio para hacernos millonarios algún día. La construimos para cambiarle la vida a las personas. Antes de empezar Kichink estudiamos casos de cómo el comercio electrónico llevó a señoras que vendían desde sus casas, en una comunidad rural, a presentarse en un panorama internacional. Esto es lo que nos mueve, el cómo le cambia la vida a una persona. El espíritu con el que está construida la plataforma, nuestro plus principal es que la plataforma es gratuita, no te cuesta hasta que no empiezas a vender, de esta manera puedes probar si te funciona o no, de hecho, nos convertimos en socios de negocios para los clientes, más que en sus proveedores.

Aunque nuestro país ha sido progresista y las mujeres tenemos oportunidades de trabajo similares a las de los hombres, siendo emprendedora me he encontrado con muchísimos clientes que aun conociendo mi cargo, me piden hablar con mi jefe o hablar con un hombre. Ha sido todo un reto, he tenido que guardar mi frente y decirles, ‘no, no hay un jefe, yo soy la que toma las decisiones’. Tengo una carrera interesante y no me dejo aplastar por este tipo de casos, es frustrante, pero tampoco me engancho.

 

Fuente: Veintitantos y Forbes México.

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