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Siete pecados de la innovación

Avaricia: “lo quiero todo”

Es legitimo incursionar en nuevos mercados con innovaciones. Sin embargo, si ello implica buscar ideas solo por amplitud y no por profundidad, la avaricia hace que muy pronto se pierda de vista el objetivo, lo que puede producir, por ejemplo, extensiones de una misma linea que dañen, en lugar de beneficiar, a la marca madre. Al respecto, el científico y premio Nobel Linus Pauling decía: “el chiste de encontrar buenas ideas es que se te ocurran muchas ideas y después botes las que son malas”

Envidia: “podré hacer lo que ellos hacen”

Cualquiera que obstaculice el proceso de innovación en su empresa desperdicia su energía al traspasar las fronteras de la tierra del vecino, lo que fomenta la conocida respuesta me too. La envidia es egoísta y se manipula a si misma para lograr copiar el producto del competidor, en lugar de ayudar a tener claridad sobre los objetivos de la marca, a pesar de la enorme presión que hay por innovar, los productos solo deben basarse en la confianza en lo que uno genera.

Pereza: “siempre lo hemos hecho así”

Todo “igual que siempre” puede hacer que el momento adecuado para emprender las innovaciones necesarias desaparezca. La pereza provoca que el equipo se niegue a cooperar este “fenómeno inercial” o, más crudamente, flojera hasta para pensar, sofoca el trabajo orientado al desarrollo, y en el peor de los casos se esparce como un virus.

Ira “ninguna de esas ideas me inspira”

de todos los pecados, quizá la ira es el mas capital. Implica negatividad y rechazo a los procesos de innovación. Desde luego, no toda idea es innovadora y se necesita hacer una selección en el momento adecuado,pero las ideas deben ser tratadas con respeto, sean o no aceptadas. La energía negativa de la ira no solo baja la moral del grupo , sino que, también amenaza con descarrilar por completo el flujo favorable que conduce al éxito.

Gula: “me hubiera gustado todavía mas”

La gula es considerada un pecado por conlleva falta de disciplina. Pero, ademas crea una atmósfera de autoestima decreciente. La creatividad y la creatividad y la disciplina no debe verse como opuestos, ya que la primera requiere tener bien  trazada una meta a la cual se quiere llegar. Esto se logra a través de un orden. Así pues, ambas cualidades se complementan.

Soberbia: “la mía es la mejor idea”

A medida que el proceso de generación de ideas avanza, es muy fácil engancharse con algunas de ellas. Si los miembros del equipo se rehúsan a cambiar las preferencias o a descartarlas por que no resultan adecuadas, entonces pueden causar que se descompongan o naufraguen los intentos de innovar.

Lujuria: “un momento, tengo otra idea”

Puede que la lujuria sea un pecado en el sentido religioso, Sin embargo, también puede verse como una ventaja en el sentido de innovación, en la medida que brinde espacio a los otros y los escuche con atención. En ultima instancia, este pecado capital puede transformarse en una virtud cardinal.

Franzisca Wulff

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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