En la actualidad resulta imposible imaginar la vida sin internet, sin todos los dispositivos que nos acompañan a diario. Tenemos una necesidad casi enfermiza de estar permanentemente conectados e informados, en cualquier lugar y a cualquier hora. La era digital se ha instalado en nuestra sociedad casi sin darnos cuenta para cambiarnos la vida radicalmente. Las tecnologías de la información y la comunicación han cambiado significativamente la manera en la que nos comunicamos, nos informamos y consumimos productos y servicios.
Estos cambios en el consumidor afectan directamente a las empresas, ya que se ven obligadas a redefinir sus modelos de negocio para atender a las nuevas necesidades y exigencias de los clientes. Es in hecho que si no se anticipan y adaptan a este nuevo entorno, no sobrevivirán y la digitalización es clave.
Claves para digitalizar la empresa:
- Conocer a los clientes
El cambio tecnológico está transformando profundamente a las empresas en todos sus ámbitos y ofrece nuevas herramientas muy potentes. Un ejemplo muy claro es el Big Data, sistemas informáticos que permiten acumular enormes cantidades de datos sobre el comportamiento de los clientes, permitiendo a las empresas conocer sus gustos, usos y costumbres. Sin embargo, captar y almacenar todos esos datos no es suficiente: hay que convertirlos en información útil. Las empresas tienen que ser capaces de asimilar y analizar la cantidad de datos que proporcionan estos sistemas, para poder tomar las decisiones adecuadas. Pero no todas las empresas están preparadas ni capacitadas para hacerlo.
- Impulsar formas de trabajo más productivas
Por otra parte, las maneras de trabajar dentro de las empresas también cambian. Las nuevas generaciones ya no conciben los horarios rígidos de trabajo de antaño. Un sistema que, además, no da muestras de ser el más eficiente ni el más adecuado en el contexto actual, todo lo contrario. Hoy las nuevas tecnologías permiten trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento, lo que ofrece una gran flexibilidad a los trabajadores tanto en horarios como en espacios físicos de trabajo. En definitiva, pueden gestionar su tiempo y sus prioridades de manera distinta.
Peter Thomson señala que “a pesar de la posibilidad de elegir dónde y cuándo queremos trabajar, seguimos siendo esclavos de las rutinas establecidas por generaciones anteriores de trabajadores”. Esto es precisamente en lo que deberan trabajar las empresas si quieren adaptarse al mundo digital actual. Las que no sean capaces de cumplir las expectativas de los trabajadores más jóvenes, en términos de flexibilidad y maneras de trabajar, no lograrán retener el talento y se quedarán obsoletas. Esto debe ser comprendido en los más altos niveles de organización.
- Potenciar un liderazgo innovador
Por una parte, los líderes empresariales deben dar ejemplo fomentando la flexibilidad laboral de sus empleados, buscando las fórmulas más adecuadas para maximizar su rendimiento y al mismo tiempo, darles la libertad necesaria para que se organicen como mejor convenga. Y por otra parte los líderes son los responsables de crear un entorno favorable para la generación de ideas y el impulso de la innovación. Conceptos como el trabajo colaborativo, la innovación abierta, el espíritu creativo, etc.,… no tienen sentido si la dirección de la empresa no se convierte en su principal embajador.
La era digital implica nuevos retos para las empresas y están obligadas a anticiparse y a reinventarse si quieren sobrevivir a este nuevo entorno. Conocer mejor a los clientes, saber cómo satisfacer sus necesidades de manera ágil y competitiva, crear un entorno favorable para la creatividad de los empleados y contar con un equipo directivo abierto e innovador, son algunas de las claves a tener en cuenta en el proceso de transformación digital de las empresas.